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ENERGIA PERVERSA CALOR

  • ENERGIA PERVERSA CALOR
    Interno y externa

    El fuego y el calor son dos consecuencias del exceso de Yang. Similares por naturaleza, diferentes en intensidad. El fuego es de mayor intensidad. El calor es un patógeno exógeno, siempre es un signo de exceso.

    El fuego es un patógeno endógeno, es el Yang en exceso de los órganos y vísceras. El fuego en exceso consume el Yin y provoca alteraciones por insuficiencia de Yin o por exceso de Yang.

    “El vacío de Yin produce calor interno, la abundancia de Yang produce calor externo; de aquí que el fuego no sea otra cosa que exceso de Qi”. (Canon de la Medicina del Emperador Amarillo)

    Manifestaciones clínicas: Inicialmente se presenta con fiebre, ligera aversión al viento y frío, cefalea, odinofagia, sequedad de mucosas, sed; posteriormente aparecen sed y manifestaciones generales como insomnio, hiperactividad, puede llegar a la pérdida de la conciencia; epistaxis, fascies roja, inyección conjuntival. Lengua rojo intensa, saburra amarilla; pulso rápido.

    Análisis: El fuego al ser un patógeno tipo Yang se presenta con fiebre, aversión al calor, ansiedad, sed, pulso rápido. Si perturba el shen provoca desasosiego, insomnio, hiperactividad; puede llegar a la pérdida de la conciencia.

    Su naturaleza es de ascenso, por lo tanto, afecta la parte superior del cuerpo provocando úlceras bucales y linguales, inflamación y dolor gingival, además de cefalea, facies roja, inyección conjuntival. Al lesionar el Yin y la regulación de
    líquidos genera viento endógeno que seca aún más los líquidos, presentando odinofagia y garganta seca, orina escasa, constipación, pulso rápido.

    Y al consumir los líquidos y resecar al Yin, afecta al hígado; como resultado se produce una movilización interna del viento y malnutrición de tendones y músculos; con convulsiones, rigidez de cuello, opistótonos, desviación de los
    ojos y boca; fiebre, delirio, pérdida de la conciencia.

    Al alterar el fuego del corazón puede provocar manías. Moviliza la sangre, haciendo que circule con mayor rapidez y violencia, apareciendo la congestión nasal, hemoptisis, epistaxis. Al acumularse y estancarse por descomposición y
    putrefacción produce supuraciones, además de hematemesis, epistaxis, melena, metrorragias, hematomas.

    Cinco factores emocionales extremos pueden producir fuego: alegría, tristeza, preocupación, miedo, ira. Y según el órgano de origen, las manifestaciones podrán ser:



    a) Corazón: el fuego cardiaco presenta: inquietud, desasosiego, insomnio, úlceras en la lengua, facies rubicunda, lengua rojiza especialmente en la punta.
    b) Hígado: el fuego hepático se distingue por cefalea, mareo, ira, ojos enrojecidos y dolorosos, sabor amargo en la boca y sordera.
    c) Estómago: el fuego gástrico muestra mal aliento, dolor dental, gingivitis, constipación.
    d) Pulmón: el fuego pulmonar se presenta con transpiración, tos persistente, esputos sanguinolentos, epistaxis.
    e) Riñón: el fuego renal destaca fiebre, espermatorrea, metrorragias, incremento del deseo sexual.
    Principios de tratamiento: Se tratan las manifestaciones clínicas dependiendo de la localización de los patógeno

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