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LA DEGENERACIÓN DIETÉTICA HUMANA

  • El hombre moderno se enorgullece de su «evolución» desde hombre de las cavernas a viajero del espacio, y contempla desdeñosamente su pasado primitivo. 

    En lo que atañe a la dieta, empero, la especie humana ha experimentado una marcada «des-evolución» o degeneración de sus hábitos alimentarios, una degeneración instigada por el tan cacareado advenimiento de la civilización, acontecimiento que ha creado una separación permanente entre el hombre y la naturaleza.

    Durante millones de años, antes de la minúscula gota en el océano del tiempo que denominamos «historia», los humanos y otros primates se nutrían exclusivamente a base de alimentos burdos y fibrosos que tomaban de la naturaleza y consumían crudos.

    En todo el reino de la naturaleza, los animales que se sustentan con dietas que contienen una elevada proporción de masa fibrosa indigerible y baja concentración de proteínas han desarrollado canales digestivos relativamente largos, en tanto que los carnívoros, como tigres y leones, poseen un canal digestivo corto.

    El aparato digestivo humano, que se extiende entre la boca y el ano a lo largo de más de 12 sinuosos metros, es uno de los más largos que existen en relación al peso corporal.

    La degeneración dietética humana empeoró considerablemente cuando el hombre se convirtió en cazador de animales y adoptó la carne como alimento principal.

    Esto sucedió principalmente en el hemisferio norte, donde la carne era la única fuente de alimentación asequible en invierno.

    Las poblaciones humanas que se pasaron a la carne desarrollaron jugos digestivos y metabolismos capaces de extraer nutrientes de las grasas y proteínas animales, aunque sus canales digestivos permanecieron fijados para siempre en el molde vegetariano.

    Este cambio evolutivo dio origen a los dos tipos básicos de metabolismo humano que existen hoy; uno preparado para una voluminosa dieta de frutas y verduras frescas, el otro para una dieta de carne desprovista de fibras.

    A causa de la degeneración dietética provocada por la civilización la dieta humana actual sobre todo en el mundo occidental- se compone principalmente de alimentos refinados, desnaturalizados y excesivamente cocidos, indiscriminadamente combinados entre sí.

    La eliminación de la fibras vegetales elimina también de nuestros alimentos el estímulo natural para la actividad muscular de la pared intestinal... Esto conlleva una disminución en la velocidad del flujo intestinal.

    La menor velocidad del flujo intestinal conlleva a su vez la descomposición de las proteínas y una fermentación muy superior a la que correspondería normalmente para los hidratos de carbono; la primera tiene como consecuencia la producción de toxinas muy activas, y la segunda, de sustancias irritantes para la pared intestinal...

    Así se crea un círculo vicioso, que conduce a un estado de intoxicación crónica del cuerpo desde el aparato digestivo, pues la menor velocidad con que circulan los alimentos en el organismo no sólo provoca fermentación y descomposición, sino que también deja más tiempo para que la sangre absorba las toxinas así producidas.

    Hace cosa de diez años se realizó un interesante estudio para comparar la actividad intestinal cotidiana de los naturales de la India y de los Estados Unidos.

    Los resultados dejaron atónitos a los investigadores: aunque el norteamericano medio consumía a diario más del triple de calorías que el indio medio, este último producía cada día heces fecales que pesaban más del doble que el promedio norteamericano.

    La dieta de la India, basada principalmente en verduras y cereales integrales, proporciona una elevada cantidad de masa fibrosa que empuja los desechos por el canal intestinal, mientras que la típica dieta norteamericana, rica en calorías procesadas y pobre en fibra natural, avanza por el canal digestivo con tanta lentitud que gran parte de la comida se descompone y fermenta en vez de ser digerida, y los resultantes desechos tóxicos se retienen durante días en incluso semanas, conduciendo a un estado de toxemia crónica (una forma de autointoxicación de la sangre causada por la constante presencia de toxinas en el estómago, colon, hígado y otros órganos).

    Tal estado es el responsable de numerosas enfermedades que rara vez se dan en las sociedades primitivas, tales como artritis, estreñimiento, gastritis, fatiga, infertilidad, impotencia y falta de defensas contra las enfermedades infecciosas.

    EL TAO DE LA ALIMENTACION *******Es importante que uses tu discernimiento en cada mensaje.
    Sólo toma los que te hacen vibrar, los demás, deséchalos.
    Ten presente que el poder de la verdad está en tu interior, tú y sólo tú, sabrás cual es.********

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