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poesias para niños


  • POESÍA PARA NIÑOS

    MARIPOSA

    Alegre revoloteas,
    mariposa variopinta
    y a las flores galanteas
    tan airosa y optimista.

    Bebedora sempiterna
    del juguito azucarado
    que tiene la flor más tierna
    entre sus pétalos guardado.

    Te deslizas tan alegre
    en el campo, en el jardín
    y remontas el pesebre
    enamorada de jazmín.

    © Javier Villegas (Perú.
    © “Volantineros del alba” – Inédito.



    A LA LUNA TE VOY A LLEVAR

    Para misky Valentina,

    A la luna te voy a llevar,
    sí, a la madre luna, sí
    vestida de mariposas, 
    volando con frenesí.

    A la luna, a las estrellas,
    para que puedas jugar,
    con los rayos de la luz,
    en el cielo y su avatar.

    Te vestiré de cariño,
    de la cabeza a los pies,
    te llenaré con mis besos,
    al derecho y al revés.

    Pintaremos los caminos, 
    con las estrellas en flor,
    en las manos de la brisa,
    confiaremos el amor.

    Ala luna te voy a llevar,
    sí, a la madre luna, sí,
    para que puedas soñar,
    tus sueños de ajonjolí. 

    © Javier Villegas (Perú.
    Lambayeque, 03 de diciembre de 2012.

     
    LO QUE DICEN AHORA

    Dicen que a Caperucita, 
    se le perdieron los pasteles
    y de tanto llorar por ellos,
    dejó mojados los manteles.

    Dicen que no fue al bosque,
    que fue a dar con el mar
    y que el mar iba creciendo,
    porque no cesaba de llorar.

    Que el lobo la fue siguiendo,
    que no era una bestia feroz,
    eso lo dicen ahora,
    ya se ha corrido la voz.

    Que la abuela no estaba enferma,
    que en el bosque no vivía
    y que la niña Caperucita,
    es hija de la fantasía.


    © Javier Villegas (Perú.
    © “Volantineros del alba” – Inédito


    EL SAPO Y LA LUNA

    Un sapo croaba
    camuflado en el agua
    y la luna viajaba
    vestida de enagua.

    Saltaba y saltaba
    el sapo encantado
    y la luna observaba
    con su color plateado.

    El sapo y la luna
    se andaban buscando
    y cerca de la laguna
    estuvieron charlando.

    Juntos planearon
    su viaje nocturno
    y ambos se marcharon
    en el mismo turno.

    Detrás de la luna
    el sapo remaba
    porque en la laguna
    la luna viajaba.

    © Javier Villegas (Perú.